Pescado ¿congelado o fresco?

El pescado es uno de esos alimentos que no debe faltar nunca en una dieta equilibrada. Blanco o azul, el pescado tiene muchas posibilidades. El pescado, si lo vas a preparar inmediatamente, es interesante comprarlo fresco, pero si lo vas a congelar, te va a interesar más comprarlo congelado.

El pescado congelado tiene la ventaja de que ha sido procesado y congelado en Alta Mar, es decir, recién extraído del mar, por lo que conserva todas las cualidades del pescado más fresco, sin embargo, el pescado fresco, cuando lo llevamos a casa ya está perdiendo calidad. El pescado fresco se conserva a bajas temperaturas hasta que se pone a la venta. Es interesante comprar el pescado el día que llega a la tienda. Según me contó un amigo pescadero, ninguna pescadería ni supermercado, aunque tengan barcos propios, tiene pescado fresco el lunes, porque, obligatoriamente tiene que pasar por la Lonja para ser visado y etiquetado por el Ministerio. Asi que es el martes cuando podemos encontrar el pescado más fresco. Y, normalmente, el jueves es el último día que llega pescado fresco.
Por tanto, si no lo vas a cocinar en el día y no buscas algo especial, el pescado congelado es una gran opción; por calidad, precio y selección, ya que existen multitud de posibilidades: filetes con o sin piel, lomos, centros, rodajas, etc. 

¿La marca es importante?
Desde mi experiencia opino que si. He probado algunas marcas blancas y la calidad de la mayoría deja mucho que desear. Para mi gusto la reina del pescado congelado es Pescanova.

Pescado fresco. 
¿cómo sé que es fresco?
Como diría un gallego: depende. El pescado fresco fresquísimo se distingue del que ya lleva días o ha sido congelado en dos aspectos muy importantes:
1º) Los ojos deben ser completamente cristalinos, nada de ojos lechosos o hundidos.
2º) Las agallas deben ser rojas, pero de un rojo vivo, limpio. No vale rojo oscuro o amarronado, eso es señal de que no es demasiado fresco.
Otro aspecto a tener en cuenta es la firmeza de la carne. El pescado debe tener una firmeza considerable. Hay veces que no te permitirán comprobarlo, no es que haya que desconfiar, es una cuestión de salud pública ¿tú comprarías una merluza que haya tocado todo el mundo?
En el caso de las sardinas, es inconfundible si son frescas o no. La firmeza de una sardina fresca es tal que si la sujetamos desde la cola se debe mantener tiesa como un clavo. 
Eso lo puedes comprobar los lunes en esos supermercados (como Mercadona) que dicen tener pescado fresco todos los días. Verás como las sardinas se doblan cuando las coge el dependiente al que me niego a llamar pescadero por razones obvias.

Las rodajas de pescado.
Esto es un caso que requiere mención especial.
Cuando compras rodajas de pescado o te rodelan un pescado en la pescadería, fíjate que no estén cortadas en diagonal.
Eso lo hacen algunos para que las rodajas parezcan más grandes, pero lo que no se tiene en cuenta es que se están cortando trocitos de raspa que luego darán como resultado un plato de mala elaboración y peor comestibilidad.








Las rodajas deben estar cortadas perpendiculares a la raspa.

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