Las verduras en la alimentación infantil.

Los niños y las verduras. Hay padres y madres que afirman que ésta es una batalla perdida. Quizá por falta de ideas quizá porque llegaron tarde.
Los niños están en pleno crecimiento y desarrollo y necesitan un gran aporte vitamínico. Si no se lo damos con fruta y verdura, tendremos que aportarlo con compuestos farmacológicos y gastar un buen dinero.
Es muy fácil que un niño coma. Se le da lo que más le guste y no nos complicamos. Eso si, luego no nos quejemos de niños gordos y caprichosos.
Es preciso empezar con las verduras, de todos los colores posibles, cuando son pequeños. De hecho, lo hacemos, pero con potitos industriales, que saben a rayos. Nos ahorraríamos mucho dinero haciendo purés caseros y acostumbraríamos el paladar de los bebés a esos sabores nuevos. 
Por experiencia propia te digo que un bebé puede aceptar perfectamente el sabor a ajo, tomate, puerro, cebolla, etc. Es cuestión de empezar pronto y no obligar. Cuando obligas a un niño a comer algo que no le gusta, solo vas a conseguir retrasar el consumo voluntario de ese alimento. 
Solución, empezar pronto y mucha paciencia.
Nuestro hijo pequeño, a la edad de un año, bebía gazpacho y comía pepinillos en vinagre. No se lo dimos, lo pidió. Les puede la curiosidad, no debemos decir "eso no" o "todavía eres pequeño", dejemos que lo pruebe. Si ya tiene dientes, demos trocitos pequeñitos de eso que nos pide probar. Aunque luego lo escupa, ese sabor quedará en su impronta. Ahora, nuestro hijo prueba todo lo que tiene en el plato. Le encanta quitarme las verduras de la ensalada cuando la estoy aliñando, la lechuga sobre todo. 
Por tanto, mi recomendación es empezar pronto y no negar que pruebe de todo. Cuando digo de todo es de todo... bueno, casi todo, la cerveza que sea 0,0 jajajaja.
Recuerdo un anuncio de un frigorífico. Era la historia de un niño que no comía, cada vez que venía el plato de verdura, se iba a la basura porque el frigo viejo no conservaba bien. Cuando compraron el nuevo, la comida rechazada volvía en la cena y si tampoco la quería, volvía al día siguiente.
A ver, no es tomarlo al pie de la letra, pero es una técnica que da buenos resultados. ¿Pretendes que coma guisantes estofados? Le sacas el plato y se lo pones como a todos los demás. Si va a comer distinto, tendrá que ser algo que le guste, por tanto todos coméis igual. Al principio puede que no quiera, pero que os vea comerlo con placer. No le riñáis por no comer, pero que tampoco os vea derrotados. Tratad de que lo pruebe. Es más fácil cuando son pequeños y, casi todo, se puede moler en puré.
No es que se lo vuelvas a poner al día siguiente, o si, eso depende de ti, pero es mejor que os vea comer lo mismo. Tarde o temprano lo comerá y le gustará.
El problema es cuando son mayores. Va a depender del carácter que les hayáis ayudado a desarrollar. Pero nunca es tarde, podemos empezar con cosas sencillas e ir introduciendo, poco a poco, platos más elaborados.
Pero, aunque suene repetitivo, insisto. Dos puntos clave para lograr el objetivo:
1º En la mesa comemos todos y nos tiene que ver que comemos HABITUALMENTE fruta y verdura. Y que nos gusta mucho.
2º Muy importante también, EMPEZAR DESDE BEBÉ a que pruebe los nuevos sabores. Los preparados industriales saben todos igual ¿los has probado? están asquerosos, en serio. ¿tú te lo comerías? entonces ¿por qué se lo das a tu hijo? Cierto que no se les debe dar sal, y algunos condimentos pueden ser alergenos a temprana edad, pero siempre se puede meter en un puré un hueso de jamón, una hoja de laurel... mientras se cuece la verdura.
Os pondré algunas recetas para elaborar purés completos de bebé. Os aseguro el éxito si empezáis pronto. Si el bebé se acostumbra al horrible sabor de los productos industriales, le resultará extraño e incluso desagradable el sabor de la comida casera.

Algunas soluciones atractivas son, por supuesto, la pizza, un invento genial para introducir cualquier alimento, siempre que, por lo menos el relleno, sea casero. Os aseguro que sale más barato.
Con pasta, en frituras, empanadas, simulando patatas fritas de colores (verduras crujientes cortadas a gajos)... trucos hay infinitos, y si los acompañas de su salsa favorita: el ketchup. Aunque no te lo parezca, es más recomendable que el tomate frito industrial, ya que el vinagre que lleva es un quemagrasas natural. Además nos hace un favor. Ese sabor fuerte nos ayudará a que le gusten otros aromas. Las tortillas y las empanadillas o empanadas son otro buen truco para meter verduras, como no se ven...
Y algo también importante, que os vea cocinar, pero disfrutando de cocinar, sin pesadumbre. Y cuando quiera ayudar, ponedle el mandil y un gorro y que sea el minichef, encomendadle tareas básicas y sin peligro, pero que sienta que lo que se va a comer ha salido de sus manitas.
¿que mancha mucho? claro, son pequeños, ¿qué esperabas? Mientras sólo sea suciedad, tiene solución. Con el tiempo verás el sacrificio premiado. Es un placer verles disfrutar en la cocina, en serio.

Comentarios

  1. Estoy contigo querido Santi, como madre y monitora de comedor infantil, he tenido que ingeniarme mil y un truco para hacer que los niños al menos prueben las distintas frutas y verduras en su textura natural, ya que en puré es mas fácil empezar a acostumbrar su paladar a los nuevos sabores empecemos por ahí. después, solo es cuestión de paciencia y eso mismo, no hay que obligarlos, ellos empezaran a probar y su impronta les dirá que ese sabor ya lo conocen. un truco que he usado mucho con los comensales de 3 años en el colegio es: empieza tu mismo sembrando las verduras, cuando las ves nacer, crecer, florecer y dar fruto, es mas fácil que lo prueben ellos solos y de que les gusten. un abrazo fuerte.

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