Alguien me dijo que el nombre es una redundancia porque tradicionalmente los ñoquis son de patata, pero al probarlos se concreta más el por qué del nombre: saben a patatas con ali-oli.
La remolacha hace que tomen el color rosa, apenas aportan sabor ya que son poca cantidad. El color rosa llamará la atención en tu plato.
Estos ñoquis puedes servirlos con una salsa de tomate, solos, como guarnición de cualquier plato, como aperitivo...
Hacer ñoquis no tiene ninguna ciencia, es más bien trabajoso, por el tiempo que hay que emplear en elaborar las bolitas, pero, como es algo que se puede guardar, los puedes elaborar en cantidad y consumirlos cuando sea necesario.
1 kg de patatas
1 dl de aceite de ajo.
1 o 2 remolachas cocidas (las venden ya cocidas)
Sal
100 gramos de queso en polvo.
Preparación:
Cuece al vapor las patatas, con piel durante 30 minutos, para que queden bien blanditas. Pélalas y trocéalas junto con las remolachas peladas y laminadas. Pásalas por el pasa-purés (una herramienta imprescindible que no tiene por qué ser cara). Verás que va mezclándose el morado de la remolacha con el blanquecino de la patata. Pon el puré en un bol y agrégale el aceite y sal. Amasamos bien para conseguir una pasta homogénea. Agrega el queso y vuelve a amasar para que tome consistencia y se mezcle bien. Ve tomando pequeñas porciones de masa y forma bolitas de uno o dos centímetros hasta que termines la masa. Mete las bolitas (ñoquis) en el frigorífico durante, al menos, una hora para que cojan un poco de firmeza. Al no llevar mantequilla no se pondrán duros.
Ya solo queda servirlos como decidas.
Puedes hacerles algo más. Freírlos. Serían Ñoquis fritos de alioli con remolacha. En este caso el color rosa se vuelve anaranjado, tendrías unas bolitas crujientes por fuera y blanditas y sabrosas por dentro.
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