Pimientos rellenos de tortilla de patatas

"Tubérculos confitados con cebolla caramelizada en emulsión de huevo", algo así fue como definió mi amiga Marisa una tortilla de patatas. Luego, mi buen amigo, Javi Peguero me proponía hacer unos pimientos rellenos de tortilla de patatas a los que no era capaz de pillarles el punto.
Bien, pues a ver si no se me queda atrás ningún consejo.

Éste es un plato que, si lo hace con pimientos rojos, viste mucho para las fiestas de Navidad y resulta de lo más económico. 
Además, es un placer para todas esas personas que aman la tortilla de patatas. En lugar de una tortilla con pimientos, tienes unos pimientos rellenos de tortilla cuajada al horno al tiempo que se hacen los pimientos. 
Un entrante, tapa, segundo... Todo dependerá de la cantidad que sirvas. Para tapeo te saldrán entre 8 y 10 raciones, para plato será para 3 o 4 personas.
El secreto de la presentación estriba, sobre todo, en la selección de los pimientos. Debes elegir pimientos que sean perfectos, es decir, sin manchas, grietas, golpes... y que sus puntas (3 o 4) estén igualadas para que se sostengan en pie.
La elección de la patata también es importante, como ya he comentado en otras ocasiones. Una Monalisa va muy bien para hacer tortilla, pero, casi cualquier patata nueva te puede servir.



Ingredientes para 3-4 personas:

2 pimientos rojos (o verdes, eso depende de tu gusto, pero que sean de asar)
3 dl aceite de oliva virgen extra D.O. Gata-Hurdes
1 cebolleta mediana
3 huevos
2 patatas (unos 600 gramos)
Sal (opcional)

Preparación:


Como te explico en la receta de tortilla de patatas, preparar la cebolla y las patatas por separado te garantiza que cada una tendrá su punto correcto, así pues, necesitas una sartén pequeña para la cebolla y otra grande para las patatas.
Pela la cebolleta y pícala en Juliana fina.
Pela y corta las patatas para tortilla y lávalas ligeramente. Escurre.
Pon un fondo de aceite en la sartén pequeña y calienta a fuego fuerte.
Añade la cebolleta picada y baja a medio-fuerte el fuego y deja que se haga, moviéndola de vez en cuando y envitando que se pegue. Cuanto más se dore más aroma dejará en la tortilla, pero no dejes que se queme, debe quedar tierna y caramelizada.
Escurre y reserva.
Utiliza ese aceite y un poco más para el fondo de la sartén grande.
Ponla al fuego medio-fuerte y añade las patatas, deja que se cocinen en ese poco de aceite, volteando hasta que estén blandas, esto lo compruebas con la cuchara o espátula de madera, cuando se rompan con facilidad al aplastarlas con el canto del cubierto. 
Incorpora la cebolleta y mezcla bien. Deja que se cocine un par de minutos más para que mezcle los sabores.
Bate los huevos en un bol. Añade sal si lo deseas. Mezcla con el huevo las patatas y la cebolleta. 
Aplasta las patatas con un tenedor para que queden bien troceadas, cuanto más pequeñas mejor.
Lava los pimientos y, con ayuda de un cuchillo bien afilado, corta la "tapa" del pimiento y elimina el cogollo de semillas y lo blanco del interior, con cuidado de no cortar la carne del pimiento.
Rellena los pimientos con la masa de tortilla, casi hasta el borde, deja sin completar medio centímetro.
Coloca la "tapa" y envuelve individualmente como si fuera un papillote.
Calienta el horno a 200ºC.
Coloca los papillotes de pimientos, siempre de pie, en la bandeja del horno. Si tienes unos recipientes aptos para el horno que te ayuden a ponerlos de pie, te será de mucha ayuda.
Hornea con las placas de arriba y abajo, con la bandeja en la mitad inferior del horno, durante 40 minutos.
Apaga y deja que se atempere. Ya sé que el papillote se sirve muy caliente, pero es tortilla y está mejor más atemperado, además, lo podrás trabajar mejor.
Abre el papillote y saca los pimientos.
Trátalos con delicadeza, ya que el pimiento asado es muy frágil.
Como la tortilla está cuajada, ya puedes tumbarlos.
Verás que se pelan con mucha facilidad, elimina toda la piel que puedas, con ayuda de los dedos, no uses utensilios que pueden dañar el pimiento.
Antes o después de pelarlos (yo lo hago antes) puedes cortarlos en rodajas como de un dedo de gruesas, para servir.
Emplata dos o tres rodajas por persona o sirve a centro de mesa con el adorno de la "tapa". Si los pimientos son pequeños o los comensales son comilones, puedes presentar el pimiento completo con su tapa, en cada ración.


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